Definitivamente debemos estar haciendo algo mal porque, al menos por estas latitudes, hace días que el cielo no para de llorar. ¿Cómo celebrar entonces, justo hoy, el Día Mundial de la Tierra?
Quizás mostrarla en todo su esplendor sirva para ayudarnos a tomar conciencia respecto de la necesidad de cuidarla, protegerla, salvarla del inminente desastre ambiental.
Ojalá así sea.